1. Una cultura
con identidad
Entre el 9 y 12 de agosto del presente año, 2012, se desarrolló en Tarapoto, Departamento de San Martín, en la selva alta del nororiente del Perú, la V Feria del Libro y el II Encuentro Nacional de Literatura Amazónica, actividades ambas organizadas por el Proyecto Cultural del Gobierno Regional de San Martín que impulsa la profesora Yolanda Rojas Vargas.
Asistimos desde Lima, entre otros invitados, Róger Rumrrill, Ricardo Gonzáles Vigil, Arturo Ríos Ramírez, Cronwell Jara Jiménez, Delfina Paredes y Ana Luisa Ríos.
Y desde distintos pueblos y ciudades de la selva alta y baja, como Iquitos, Pucallpa, Moyobamba, Rioja, Yurimaguas, Juanjuí, Saposoa, una pléyade considerable de escritores y artistas amazónicos que se trasladaron a la ciudad de las palmeras para participar de estos eventos.
Han sido certámenes valiosos y enriquecedores por la integración de autores y artistas provenientes de distintos departamentos y provincias amazónicas.
Pero, además, conjuncionados todos por el anhelo de fortalecer una cultura con identidad, proyección y trascendencia, imperando en todo momento un espíritu de camaradería y fraternidad realmente proverbiales.
2. De extraordinario
y fecundo valor
Valiosas además estas iniciativas, por la conjunción de esfuerzos de diversas entidades, por el entusiasmo de niños y jóvenes participantes en los talleres de capacitación en narrativa, teatro e historietas. a cargo de connotados especialistas; así como por las actividades de animación a la lectura. Y por los temas desarrollados en conferencias, presentaciones de libros y otras actividades afines.
En este contexto me correspondió desarrollar la conferencia: “Literatura infantil amazónica, a partir de la obra de Francisco Izquierdo Ríos”, que junto con las demás ponencias sirvieron de base para la reflexión y el interesante debate posterior.
Este se suscitó bajo el lema de “cómo universalizar la cultura amazónica y cómo amazonizar la cultura universal”, frase acuñada por Roger Rumrrill y verdadero reto y estrategia para forjar lo nuestro y asimilar a su vez el aporte de la civilización, en aras de construir aquí un mundo mejor.
Y es que cabe reconocer, en primer lugar, que existe una rica y profusa literatura amazónica, oral y escrita, de extraordinario y fecundo valor, pero diseminada y escondida, que merece y es necesario conocer, valorar y proyectar a niveles cualitativamente superiores.
3. Más capacidad
de sublevar
Literatura que sirva para el cambio y transformación anhelados en esta región desde hace siglos, de narradores destacados como Arturo Hernández, César Calvo, Róger Rumrrill, Humberto del Águila, Paco Bardales, Werner Bartra Padilla. De poetas señeros como Luis Hernán Ramírez, Javier Dávila Durand, Jorge Nájar, Ana Varela, Alfredo Pérez Alencart.
De escritores de obra copiosa en la literatura infantil como Francisco Izquierdo Ríos, Orlando Casanova, Germán Lequerica, Arnaldo Panaifo. Luis Salazar Orsi, Boris González, Luis Alberto Vásquez, Raúl del Águila, Arturo Ríos Ramírez, Marden Gonzáles Gómez, Roldán del Águila.
Los mismos que merecen ser más leídos y mejor apreciados. Y su obra servir para inspirar las grandes obras y cambios que la Amazonía anhela concretar en el presente y el futuro.
Mientras se producía el debate acerca de la universalización de la literatura amazónica y la amazonización de la cultura universal, yo anotaba como reflexiones personales mías:
Menos descripción y más síntesis, menos anécdota y más esencia, menos preciosismo y más capacidad de sublevar.
4. Afianzando lo acertado
También:
Plasmar la cosmovisión de las culturas nativas, avanzar en la exploración de ideas originarias con capacidad de transformación, sencillez y luminosidad en el lenguaje, captación de un pensamiento holístico inmanente y trascendente.
A su vez, desde un pensamiento amazónico, acendrar la calidad de la obra literaria consolidando una estructura vigorosa en todo texto que se elabore, un estilo llano y fluido, con más filosofía de vida, con menos localismo y más totalidad.
Pero, además: es hora de elaborar y editar panoramas exhaustivos por géneros y temas, recogiendo lo mejor de la literatura de cada departamento, provincia y localidad, en ediciones antológicas que alcancen a llegar a instituciones culturales y educativas, siendo importante conocer toda expresión lograda en narrativa, poesía, ensayo.
Es importante hacer este balance vivo y tangible que permita que los futuros creadores y lectores en general, tengan mediante estas muestras, puntos de referencia para producir superando lo ya hecho y logrado, descartando lo defectuoso y afianzando lo acertado.
5. Viniendo detrás de mí
Pude presentar también en esta oportunidad mi obra “En noches de luna, en torno a la hoguera”, de fondo y forma, como de cuerpo y alma totalmente amazónicos.
Y es que yo viví un año en la Amazonía, en 1968, que fue como si viviera milenios, suficiente como para llevarla en el alma toda la vida.
Fue a tal punto su impacto que permanecí muchos años subyugado, embrujado y avasallado por el hechizo de la Amazonía.
Pese a que huía para librarme de sus recuerdos, imágenes y sobre todo su honda fragancia, habitando urbes y ciudades disímiles a fin de escapar de su sojuzgamiento.
Pero, en el momento más inesperado inconscientemente volvía a deambular por en medio de sus bosques, lagunas y ríos. Y a hundirme preso en sus aguas fantasmales.
Tanto era así que una vez, cruzando la Plaza San Martín de Lima, al pasar por en medio de la gente, presuroso y agitado, una señora me detuvo, entre la multitud que por allí camina.
Ella incluso ya había pasado, pero regresó y viniendo detrás de mí me cogió del brazo, diciéndome:
6. ¡Ah!
–Dije yo
– Joven, disculpe, pero quiero preguntarle: ¿usted ha estado en la Amazonía, no?
Me impetró de esta forma, mirándome de frente a los ojos con su rostro expectante.
– Sí, señora. ¿Por qué lo sabe y me pregunta?
– Por su mirada. Porque tiene la misma mirada con que regresó mi marido, después de servir en un puesto policial de la selva. Regresó con esa mirada que usted tiene.
– ¡Ah! –Dije yo.
Y como evocando, perdida en sus recuerdos, prosiguió:
– Nunca más pude retenerlo. Tuvo que dejarme y él volverse a ese infierno que no conozco y que es la selva. Estaba embrujado, loco, enajenado. Pobrecito, ¡con quién y cómo estará!
– ¡Ah! –Dije yo–. ¿Y hace varios años?
7. Siendo yo
un cautivo
– Sí, señor. De eso hace varios años. Lo perdí para siempre. Y nunca más lo he vuelto a ver, como si hubiera sido devorado por una serpiente o una boa. ¡Cuídese, señor! –Me dijo, palmeándome el hombro. Y desapareció.
Lo que expresó era un diagnóstico exacto de lo que a mí me ocurría desde hacía años. Era una mujer joven y bien parecida, pero pudo más la selva para quien era su esposo.
Tuve que admitir lo que ella me hizo notar. Reflejó todo el embrujo en el cual yo estaba sumido y atrapado. Me dio un diagnóstico certero de mi padecimiento. Estaba siendo devorado por la serpiente o la boa.
Y esa interpelación fue el inicio para sanarme. A partir de entonces yo sabía y era consciente del encantamiento que sobrellevaba.
¿Cuánto tiempo había pasado siendo yo un cautivo? ¡Quince años!
Ese fue el punto de partida para tratar de curarme y uno de los pasos para esa salvación fue escribir el libro “En noches de luna, en torno a la hoguera”.
8. Himno
auroral
La Amazonía es el mundo que recrean estos relatos que no sólo es una realidad sino un universo y hasta un cosmos.
Región honda e incandescente, que nombrarla es como decir mundo primero, luz y agua primigenias.
Himno auroral así como también –y lamentablemente– es tragedia que se olvida, devastación impune y drama secular.
En la Amazonía perteneciente al Perú, actualmente viven aproximadamente tres millones de habitantes, de los cuales cerca de un millón doscientos mil son agricultores.
Gran parte de ellos son ribereños, con tasas de ingreso individuales que figuran entre los más bajos del Perú, que de por sí son escalas deficitarias, con índices alimenticios que los condenan al hambre crónico.
9. Porque
el hombre
A ello se suma una catástrofe periódica, cual es la inundación del río Amazonas, la serpiente cósmica, que antes era benéfica porque se trataba de un ciclo estacionario perfectamente concatenado al orden vital del hombre.
Siendo así producía bonanza, riqueza y bienestar, debido a que todo estaba acompasado en una perfecta armonía entre la vida y la naturaleza.
Ahora no, las inundaciones cíclicas de los ríos en el llano amazónico son devastadoras, causando muertes, hambruna, destrozos y desolación.
Y es porque el hombre ha dado las espaldas y ha cerrado los ojos frente al universo natural para dejarse influenciar por modelos de desarrollo extraños a nuestra realidad.
Es porque el hombre se ha sometido al influjo de las tecnologías hegemónicas y rendirse frente a la cultura mediática audiovisual.
10. Por entre
su follaje alucinado
De allí que en el vínculo que podemos establecer actualmente con la Amazonía se combina la maravilla y el horror, la fascinación y el escándalo.
Por un lado la reverencia hacia lo pródigo y, por otro, la indignación por el desprecio a que ha sido sometida esta región, acorralada por el instinto de rapiña de un modelo económico extractivo que saquea sus riquezas y explota inmisericorde al hombre.
Escribo con plena emoción estas líneas por el hecho de haber vivido en esa región bebiendo la gota más exquisita, como también la más amarga, de su licor fuerte y bravío.
Habiendo ingresado con una canoa por entre su follaje alucinado, habiendo navegado en una lancha fantasmagórica por esa noche original que sólo se da en los ríos milenarios de la selva.
11. En las vertientes
primeras
Contemplando un amanecer estupefacto, luego de sobrevivir a un remolino que cubría de banda a banda el gigantesco río Ucayali.
Envueltos en una honda explosión de neblinas, tantas que parecían el orto de la creación.
Asombrados de ver cómo el río, ¡qué bien sabía yo cuál era su curso!– se deslizaba ahora en sentido contrario e inverso, y todo esto porque lo surcaba una mijanada de peces.
Cardumen tan grande que demoraba horas de horas en su desfile interminable, haciendo rebrillar la superficie de su lomo, de por sí ya iridiscente, y que subían en una marejada que abarcaba todo lo ancho del río.
Y hacían ese tramonto en longitud inextinguible a desovar en las vertientes primeras, cambiando así de sentido el curso de las olas, de manera que parecía, ante nuestros ojos estupefactos, que las aguas corrían hacia arriba.
12. Entre el naufragio
y la esperanza
Ante tales acontecimientos son tantas las preguntas, inquietudes y ansiedades que se formulan, que se quisiera traspasar la muralla de los bosques y la superficie espejeante de las aguas de sus ríos y lagunas.
Como también ingresar a cada choza de los nativos para establecer conversaciones y conocer cada uno de los elementos de ese universo.
Sobre todo, deambular por los pueblos que se enfilan como rosario al borde de los caudales de agua.
De allí que yo anduve buscando, además de pláticas con la gente, todo vestigio que pudiera dar pábulo a mis preguntas y averiguaciones.
De toda esa indagación y esa experiencia es producto este libro escrito entre la paz y el delirio, entre el naufragio y la esperanza, entre la vida y la muerte más inminentes.
13. Creí
mi deber
Las historias que narro en “En noches de luna, en torno a la hoguera”, pertenecen en gran parte a la tradición cultural de la amazonia.
Los temas que los sustentan fueron recogidos en versión oral de los pobladores del Ucayali, oídas de labios de ancianos que venían de noche a sentarse en torno a la hoguera en una casa de nativos.
Otras veces fueron escuchadas en la balsa o en la canoa en esas horas de silencio cuando navegamos desde la noche primordial al amanecer atónito e insondable.
Creí mi deber plasmarlas por escrito porque las consideré bellas y plenas de significado.
Tal vez haya otras versiones de estos mismos relatos en el Perú o en otras partes de América, pues en el folklore hay una mutua influencia entre los pueblos; y las mismas expresiones culturales se repiten en distintas partes del mundo, aunque en cada caso con componentes propios de cada región.
14. Ser
nosotro mismos
Sin embargo, hasta ahora ni he escuchado ni he leído en otras fuentes lo que aquí yo presento.
El propósito de mi tarea ha sido recrear el folklore literario de un pueblo extraordinario para ofrecerlo a los niños y jóvenes.
Y lo hago en una versión escrita y moderna con la esperanza que así iremos sustituyendo cuentos que nos son ajenos y que pese a su extrañeza son sin embargo aquellos que aprendemos desde niños.
Mi pretensión con ello es contribuir a forjar la identidad cultural de nuestro pueblo, sumarme al afán de perseguir y encontrar el rastro de nuestro origen, la huella y el pulso de nuestra historia.
Porque creo que es un honroso destino y un deber ineludible de un escritor en el Perú de hoy, reencontrar las raíces culturales de nuestro ser, ahondando en sus significados.
Así como rescatar para la literatura nuestros mitos, leyendas y relatos populares, como la interpretación del mundo que han dado nuestros antepasados, resaltando así la memoria de sus luchas y revitalizando sus más caros anhelos.
15. Oralidad,
identidad y autonomía
Respecto a esta obra opina Manuel Pantigoso:
La presencia de la oralidad y de la identidad son dos valores básicos en esta obra de Danilo Sánchez Lihón.
A través de la oralidad recogida por el autor y traducida en la expresión escrita se devela la identidad del autor –que se busca asimismo en su trabajo de recreación literaria– pero también se fomenta la búsqueda de la identidad del lector que, como hemos dicho, ha de ir al encuentro de sí mismo, en la exploración o en la construcción de su propio ser.
Finalmente, el camino hacia la identidad se procesará en el pueblo mismo, en el selvático y en el nacional en su conjunto, a través de sus mitos y leyendas en los cuales ese pueblo se reconoce y se recrea.
Este concepto de la identidad vinculado directamente con la creatividad expresa esa posibilidad de desarrollar vivencias para que luego, con absoluta libertad y autonomía, la propia conciencia estructure su peculiar manera de hacer, sentir y pensar.
16. Hermosa,
digna y trascendente
Eduardo Urdanivia, a su vez, expresa:
El libro “En noches de luna en torno a la hoguera” de Danilo Sánchez Lihón es, pues, literatura didáctica porque busca enseñar al lector algunos modos de ser distintos al suyo.
Es literatura moralista, porque trasmite valores que la moral imperante en nuestra sociedad no considera como metas normativas del comportamiento.
Es literatura en el sentido más puro del término, pues el manejo del lenguaje transparenta al escritor seguro de su oficio, al poeta que es Danilo; y también, es literatura que se desliza libre y segura por las vertientes del folclore.
Cumple, pues, tan variadas funciones que bien puede decirse que el libro de Danilo es una buena muestra de aquella literatura que aspira a enseñar deleitando.
Por eso, gracias, Danilo, por acercar el mundo de la Amazonía hacia nosotros; gracias por permitirnos pensar y vivir el Perú cada vez con mayor amplitud y hondura; y gracias por tu palabra siempre tan hermosa, digna y trascendente.
17. Verdadero
reto
Y en el Acta del Jurado del Premio Casa de las Américas figura, respecto a esta obra, el siguiente comentario:
Sea una obra de cuentos con excelente factura o relatos de basamento tradicional, lo cierto es que el libro “En noches de luna en torno a la hoguera” de Danilo Sánchez Lihón, está comprendido en el género de la literatura para niños y jóvenes, aunque la bondad del libro y su calidad narrativa lo convierten en un libro para todas las edades, lo cual es el verdadero reto de la literatura infantil.
La obra así, es un material valioso, en donde hay un buen uso del lenguaje y recreación maravillosa de las leyendas, en donde la poesía recorre todas las páginas y se devela parte de una zona no solo desconocida sino marginada de América.
Además del tratamiento literario de las historias narradas, la originalidad y proyección de la obra no exenta de una fructífera investigación sobre el tema amazónico, es valiosa y necesaria.
18. Presintiendo
nuestro destino
De ese mundo, el de la Amazonía, hondo y transparente, trata el presente libro “En noches de luna en torno a la hoguera”, que escribí como un acto de fe en dicho pueblo, que es irrenunciablemente nuestro.
Allí conjuncioné al mundo de nube y piedra en el cual nací y me crié, como es Santiago de Chuco, y al de calle y fuego en el cual me forjé, éste de agua y estrella en el cual se quedó trémulo y extasiado mi pobre y extenuado corazón, como es Contamana, y la Amazonía en general.
Porque en este mundo también viví, a tientas y asombrado, como son y dan testimonio estos relatos hilvanados en la hora y deshora supremas, a los cuales me he referido y que están publicados ahora por ediciones Altazor.
Allí es donde es fácil también presentir el destino que todos juntos, es obligatorio que tenemos que juramos alcanzar.
AMAZONÍA, DESTINO Y PROMISIÓN - PLAN LECTOR: LITERATURA PARA FORJAR UN MUNDO MEJOR
Autor; Danilo Sánchez Lihón
2012
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