lunes, 17 de noviembre de 2008



Presentación de la novela
“El nuevo mundo de Almudena”

De Wilfredo Ardito Vega

Comentarios de Elena Burga

Es difícil escribir una novela ambientada en la selva, en comunidades o localidades amazónicas sin caer en la tentación de hablar de la “magia” de la selva, de las loretanas ardientes y de la fiesta permanente en la que sus gentes viven. Digo caer porque muchos de los mitos que se manejan sobre la selva y el imaginario que existe sobre ella y sobre las mujeres de esta parte del país, se ha construido “gracias” a lo que se escribe sobre ella en artículos, en reportajes periodísticos, en cuentos y noveles. Escritos por gente foránea, pero también por gente de la misma región. La imagen que se tiene de la amazonía y de lo vida en ella está estereotipada y ha sido asumida hasta por los propios amazónicos.


El Nuevo Mundo de Almudena nos ofrece precisamente una nueva visión, una nueva manera de acercarse a la Amazonía y de hablar de ella y de su gente, mucho más cercana y real, menos estereotipada y prejuiciada. De una manera tierna, sencilla, rica en situaciones y hasta graciosa, nos muestra un sinnúmero de detalles, de contrastes en un mismo país tan diverso como es el Peú, tan inequitativo, con relaciones tan asimétricas entre los mismos peruanos, y entre gentes que tienen distintas herencias culturales. La forma en que Wilfredo nos va llevando, a través de la novela, por varios escenarios socioculturales en un mismo país es realmente exquisita. Hay una preocupación por mostrar las distintas visiones de los actores, las diferentes maneras de ver la vida, las distintas formas de relacionarse entre ellos y con lo foráneos… y de verse ellos mismos. El contraste de la vida en Lima, en Iquitos y en Santa Rita es ilustrativo de los tantos contrastes que existen en el Perú entre la capital, las provincias y el campo propiamente dicho.



Si bien la novela no pretende trabajar estos contrastes a profundidad, estos se hacen evidentes aún siendo una novela de amor … se expresan de manera sutil. Una cosa que llamó mi atención es que las persona, los personajes de la novela no están estereotipados, no se les presenta como el dualismo de los buenos y los malos, o de los que tiene la razón y los que no la tienen. Todos tienen sus verdades, sus prejuicios, sus bondades y sus mezquindades. Todos actúan de acuerdo a sus historias, a sus tradiciones, a sus condiciones y experiencias previas… como somos pues en la vida real. En el personaje principal, por ejemplo, las contradicciones son evidentes, y están presentes sentimientos de incomprensión, de frustración, de cierta ternura, y al final hasta de añoranza por el país que antes le era indiferente. En efecto, el detalle al final de la novela, en que Chema, estando ya en Madrid, busca a una pareja de peruanos para que vayan a su casa a hacer cebiche, no es sólo por agradar a su novia que llega de Perú, es la expresión de su hasta cierto punto “conversión”, de su aceptación a la otra cultura, de su involucramiento con un pueblo/mundo, al que va sólo con un objetivo muy concreto, que es el de buscar a su novia española, pero que finalmente termina por “tocarlo”, por afectarlo, por “transformarlo” afectivamente.



Pero no sólo Chema tiene sus contradicciones, todos los personajes tienen los presentan, tienen sus conflictos… todos están sujetos a prejuicios de uno y otro lado. El comportamiento de los peruanos frente al extranjero, en Lima, en la selva, en Santa Rita, están marcados también por prejuicios, por ideas que la gente ha construido previamente sobre el otro que llega, y eso marca la relación o por lo menos el inicio de la relación, cuando esta se prolonga.
Otro tema que está presente en la novela es el del Compromiso Social con los más pobres, la opción por los pobres. Si bien existen muchas instituciones, personas que trabajan “por los pobres” entre ellos no sólo misioneros sino también antropólogos, lingüistas, sociólogos, biólogos, etc. y esto nos exige un compromiso muy grande, es fundamental tener una visión intercultural en lo que hacemos y en la forma en que nos relacionamos. Por ello creo que el compromiso social debe ir de la mano de la interculturalidad. Para tener respeto y amor tenemos que valorar, para valorar hay que conocer, tenemos que conocer y entender nuestras culturas y a las personas que pertenecen a ellas para poder tener un verdadero compromiso y no caer en asistencialismos o en hipocresías. Compromiso social e interculturalidad van de la mana.



Además de ser Loretana, y haber vivido casi toda mi vida en una región tan diversa como Loreto, diversa en todas sus formas, llevo más de 20 años dedicada a la educación intercultural bilingüe con poblaciones que tienen diferentes culturas. En los últimos años, además, tratando que la interculturalidad sea una característica no sólo de la educación que se ofrece a las poblaciones indígenas sino a todos los peruanos. El Perú siempre fue un país diverso, aún en tiempos precolombinos, y siempre hubo contactos entre grupos humanos, entre personas de diferentes culturas, y las culturas siempre han sido cambiantes, dinámicas, con grandes capacidades para recoger lo que les puede servir de los otros y de redefinirse y asumir los cambios en su favor. Sin embargo, creo que en los últimos 10 años el mundo moderno, o postmoderno como dirían los expertos, la tecnología actual, los medios masivos de comunicación de los que se dispone hoy, están haciendo que unas culturas se impongan sobre otras de manera mucho más agresiva y a través de muchísimas formas. La imposición de valores, de concepciones, es sumamente rápida, fulminante.



El fenómeno de la globalización del que todos hablamos, sin embargo, así como intenta imponer ciertos modelos de una cultura, ha evidenciado también mucho más las diferencias, ha hecho que conozcamos culturas y lenguas que antes no se podía siquiera imaginar que existían o como vivían, a nos ser que viajáramos a esos lugares. Por ello, la capacidad para afirmarte en tu cultura y a partir de ella relacionarte con las otras, enriquecerte, esa capacidad de interrelacionarte con personas de diferentes culturas, de moverte en diferentes escenarios socioculturales sin terminar absorbido de la peor manera - como ocurre con muchos indígenas en nuestro país-, sin terminar alienado, despreciando lo tuyo, o como ocurre también por el otro lado, despreciando a los otros que son diferentes, hace que sea fundamental tener una mirada intercultural, desarrollar capacidades para el diálogo intercultural, que no es otra cosa que, afirmándote en lo propio, en tus raíces y en tus identidades, comprendas, valores, respetes las identidades de los otros y tenga relaciones que te permitan crecer como ser humano y como profesional.



Es importante que seamos concientes de las diferencias culturales en nuestro país y con gente de otros países, no para alejarnos, sino para entendernos y acercarnos mas. La interculturalidad es un asunto bastante complejo, y por eso creo que la novela de Wilfredo nos muestra la complejidad de las relaciones humanas a partir de la diversidad cultural y social. Creo que novelas como estas pueden ayudar a entender lo complejo que pueden ser las relaciones entre personas de diferentes culturas, pero al mismo tiempo enriquecedora. Como profesora no puedo evitar pensar en lo lindo que sería que los niños y jóvenes de secundaria pudieran leer y analizar la novela en las clases de Comunicación Integral. La experiencia de Almudena, y la misma experiencia de su novio Chema, constituyen ejemplos que diferentes maneras de relacionarse con el otro que es diferente, y ese es un tema que tiene que ser cada vez más abordado no sólo en la educación sino en toda la construcción y el desarrollo de nuestro país.




@Fotos: Wilfredo Ardito, http://reflexionesperuanas.blogspot.com/

www.amazoníamagica.com

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