domingo, 15 de marzo de 2020

La Amazonia imaginada por Mario Vargas LLosa


‘El hablador’ de Mario Vargas Llosa


‘El hablador’ (1987) guarda detrás de sí una historia muy profunda y única, que revela la fascinación del narrador –Mario Vargas Llosa en su época de estudiante sanmarquino- por la cultura amazónica, en especial de un personaje, conocido entre los machiguengas como ‘el hablador’, un hombre que, al estilo de los antiguos trovadores, va de pueblo en pueblo, de aldea a aldea, contando el origen del mundo, las leyendas, la eterna lucha entre el bien y el mal –entre Tasurinchi y Kientibakori-, las peripecias y acciones heroicas de los antiguos hombres, las creencias, estableciendo así lazos de confraternidad entre comunidades alejadas de machiguengas y manteniendo viva una práctica ancestral.

Blog de Marco Gamarra Galindo

http://blog.pucp.edu.pe/blog/labibliotecamarquense/2011/07/25/el-hablador-de-mario-vargas-llosa/

25/07/11



VARGAS LLOSA Y LA AMAZONÍA: LIBROS PARA RECORDAR SU RELACIÓN CON LA SELVA



La Casa Verde (1967). 

"Uno de los personajes predominantes de La Casa Verde es la selva. Esa selva que se devora a Fushia, personajes del libro"...

Aún sorprende el hecho de que Vargas Llosa pudiera haber creado, con tan sólo un viaje a la zona, un fresco tan notable del infierno verde de Santa María de Nieva, del leprosorio de San Pablo, de los detalles coloquiales y materiales de la época.

Pantaleón y las visitadoras (1973),  trasciende el humor y la anécdota y explica, a través de un oficial del Ejército que por circunstancias de la vida se convierte en el más grande proxeneta de los ríos selváticos, los variados mecanismos de una sociedad aún en ese entonces apacible y pacata. La novela hace una de las mejores descripción urbana de la ciudad de Iquitos que se haya escrito en la literatura contemporánea.

A través de sus páginas, reconocemos estampas de una época, maliciosa e ingenua al mismo tiempo, potenciadas por el humor y caricaturizadas para expresar el carácter lúdico de una dinámica que se extiende y se ha extendido por tiempos remotos.







El sueño del Celta (2010) es uno de los libros más comprometidos de Vargas Llosa con el contexto. Porque rastrear la vida de Roger Casement es también referirse a uno de los protagonistas de una de las denuncias más brutales contra todo un sistema de explotación y crimen, rayando con el genocidio, que se cometieron contra miles de indígenas en la cuenca del Putumayo a principios del siglo XX.

La historia parece haber reivindicado la figura de Casement y su gran trabajo de mostrar los horrores de la codicia y el poder absoluto en medio de la profunda Amazonía. El hecho de que la novela de nuestro Premio Nobel exponga estos momentos es, en el fondo, también una forma de recordar no sólo con ira, sino también con serenidad y justicia el pasado. En ese sentido, la literatura en Vargas Llosa ha sido y es fuego, es decir inconformismo y rebelión.


Por Paco Vardales en Utero Pe

28 MARZO 2016



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