lunes, 13 de septiembre de 2010

Muro de inspiración y un Cuento


La sabiduría en las historias de Roger Rumrrill, la genialidad en la prosa de Cesar Calvo Soriano, la belleza en los poemas de Germán Lequerica y Ana Varela, la magia amazónica descrita en los cuentos de Francisco Izquierdo Ríos, Orlando Casanova, José Luis Jordana, Víctor Morey Peña, Arnaldo Panaifo Teixeira, Juan Saavedra Andáluz y Luis Urteaga Cabrera; el compromiso literario en las novelas de Ciro Alegría y Jaime Vásquez Izquierdo; las laboriosas investigaciones de los antropólogos André Marcel d’Ans y Jeremi Narby, la pasión y entrega del investigador Finlandés Pekka Soini, las bellas letras que hablan del pueblo amazónico en las canciones de Raúl Vásquez y Pepe Peña, las divertidas creaciones musicales de Eliseo Reátegui y los Solteritos, las populares composiciones de Javier Isuiza.

Las imágenes evocadoras del tiempo en la pintura de Cesar Calvo de Araujo, la búsqueda de lenguaje propio en el arte de Nancy Dantas, la magia y el espíritu amazónico en los cuadros de Gino Ceccarelli, las hermosas tintas del ilustrador Belga Zoltán Keserü, la paciencia y creatividad de Harry Chávez, la espiritualidad de selva en la obra de Pablo Amaríngo y el exotismo popular de Christian Bendayán.

También he podido sentir la influencia de algunos periodistas y locutores de radio de mi ciudad: las divertidas mañanas con Tito Rodriguez Linares, el popular “Shicshi” y su fiel amigo “Ashishito” don Manuel Iglesias, los despertares con la fuerte voz de Rusbel Vasquez Cohelo, las “Rondas policiales” de Humberto Vela Melendez en radio Atlántida, los programas esotéricos y del mundo extraterrestre con Sixto Pax, así como las opiniones entrometidas de don Demetrio Diaz Souza en su programa “Carta Blanca”।

Todos ellos con una visión particular del mundo amazónico।

Venga, venga, venga la hora Inca Kola, que da la hora en todo el Perú… La hora Inca Kola… Es la hora del CUENTO!

Una noche, cuando estaba cumpliendo mi servicio de guardia junto a otro compañero, en una de las zonas de frontera con Colombia, nos sucedió algo muy extraño, alrededor de la medianoche, de repente, escuchamos un ruido entre la maleza, al principio pensamos que se trataría de algún enemigo, pues eran tiempos de guerra, yo y mi compañero decidimos ir a ver de qué se trataba. Nos metimos entre las hierbas altas sigilosamente y no encontramos a nadie. Ambos nos sentimos muy extrañados pues los movimientos entre la maleza habían sido muy evidentes, estábamos seguros de que no era un animal.

Pasados unos minutos de calma nos convencimos de que podría haber sido el viento, lo que seguíamos considerando raro ya que el viento no suele soplar en espacios limitados y la verdad era que hacía mucho calor, no había ni una brisa fresca. Muy extrañados y nerviosos, empezamos el camino de regreso hacia la caseta donde hacíamos nuestra guardia, en ese momento, alguien o algo, tiro nuestros cascos al suelo. Esto nos puso en alerta y con ayuda de una linterna, intentamos ver de quien se trataba. ¡Pero no había nadie!

Esta situación nos puso más nerviosos, por lo que decidimos sacar unos cigarrillos y calmarnos con el tabaco. Solo que cuando intentábamos encender los fósforos, ráfagas de viento los apagaban. Cada vez mas asustados y con la piel erizada, empezamos a presentir de quien se trataría. * El tunchi, dijimos en voz baja.

Ambos intentamos armarnos de valor y nos pusimos a conversar en voz alta, esto nos ayudo a calmarnos hasta llegar a la caseta de vigilancia, una vez allí, volvimos a intentar encender nuestros cigarrillos, esta vez no hubo más ráfagas de viento y conseguimos encenderlos, pero… justo cuando creíamos que el tunchi ya se había retirado, repentinamente, el cigarrillo que yo tenía en la boca, me fue retirado bruscamente, yo y mi compañero quedamos atónitos y aterrados, viendo como la punta roja del cigarrillo, aun encendido, avanzaba suspendido en el aire hasta perderse en la oscuridad de la noche…

Cuento que sera publicado en proximo libro titulado:
DE TUNCHIS, BRUJAS Y CHULLACHAQUIS.

RAFO DIAZ - Narrador


Fuente: http://rafodiaz.blogspot.com/

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Conversatorios

Documental del Pueblo Achuar premiado a nivel internacional
La travesía de Chumpi obtuvo el premio Gillo Pontecorvo al mejor filme en el Primer Festival de Cine Documental de Medioambiente Latinoamericano realizado en Roma, Italia.
El documental presenta por primera vez el santuario secreto de este pueblo, amenazado por las concesiones petroleras. La historia es narrada por un niño de 9 años llamado Chumpi, quien junto a su abuelo el Apu Irar, nos hará conocer uno de los bosques más sanos y con mayor biodiversidad de la amazonia.

Sinopsis:
Los pobladores de Chicherta, una pequeña comunidad Achuar de la Amazonía peruana, quieren proteger su santuario secreto de la llegada de las empresas petroleras a las que se les ha concesionado este lugar sagrado y también gran parte de su territorio. El viejo Irar guía a su nieto Chumpi y a un grupo de la comunidad en una expedición cruzando los ríos y bosques más sanos de la selva para revelar al mundo- por primera vez- la existencia de su santuario.

Una producción de la Federación de Nacionalidades Achuar del Perú, Racimos de Ungurahui, Shinai, Teleandes Producciones.

Dirección y fotografía: Fernando Valdivia
Guión: Fernando Valdivia, Héctor Gálvez
Producción Ejecutiva: Aliya Ryan, Tania Medina, Gregor McLennan
Producción en Campo: Andrea De Echave
Imágenes adicionales: Alex Giraldo
Asistencia de Cámara y Luces: Alex Giraldo, Percy Pacco
Sonido y Asistencia General: Angel Mozombite, Alvaro Zavala
Edición y Post producción: Gustavo Sánchez, Carlos Marín, Fernando Valdivia.
Banda sonora: Pepe Chiriboga.

Premios:
FESTIVAL ESPEJO 2010, Comunidad Andina y Nómadas- Perú Premio Integración Mención especial del jurado.
TAC FESTIVAL 2010, The Archaeological Channel Festival– Oregon, USA. Mención especial del Jurado. Mención honrosa a mejor guión. Mención honrosa a mejor fotografía. Mención honrosa por su fuerza inspirativa.
PRIMER FESTIVAL DE CINE DOCUMENTAL DE MEDIOAMBIENTE LATINOAMERICANO – Roma, Italia. Premio Gillo Pontecorvo al mejor filme.

Fuente Servindi